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Revista 633

¿Qué hay de nuevo con la hepatitis E?

La hepatitis E (HE) es un problema sanitario global que según la OMS afecta a unas 20 millones de personas por año, pero del que todavía quedan muchos interrogantes por resolver.

La infección por el virus de la hepatitis E (VHE) suele ser una enfermedad aguda y autolimitada que se propaga a través del tracto gastrointestinal, pero se replica en el hígado. Sin embargo, se pueden dar infecciones crónicas en personas inmunocomprometidas. Aunque el VHE se propaga principalmente por vías entéricas, no está claro cómo penetra la pared intestinal para llegar al torrente sanguíneo portal. El virus de la hepatitis E (VHE) es un virus de ARN monocatenario, icosaédrico, que mide entre 27 y 34 nm. El virión del VHE tiene dos formas: viriones cuasi envueltos asociados a la membrana, similares a exosomas (VHEe), que se encuentran en la sangre circulante o en el sobrenadante de cultivos celulares infectados, y viriones sin envoltura ("desnudos") que se encuentran en las heces y la bilis de los hospedadores infectados y median la transmisión. Ambos tipos de viriones son infecciosos, pero infectan las células de diferentes maneras (1) (2).

El VHE pertenece al género Hepevirus, de la familia Hepeviridae. Los virus pertenecientes al género o subfamilia Orthohepevirus infectan a las aves y mamíferos, incluido el ser humano, y se pueden dividir en las especies desde A hasta D. En el Orthohepevirus A (VHE-A), existen al menos ocho genotipos distintos. Los genotipos 1 y 2 del VHE-A son patógenos humanos obligados. Los genotipos 3 y 4 del VHE-A son patógenos zoonóticos con múltiples hospedadores, incluidos, entre otros, cerdos, jabalíes, ovejas, conejos, ciervos, primates no humanos y delfines. Los genotipos 5 y 6 del VHE-A están aislados del jabalí mientras que los reservorios para los genotipos 7 y 8 son el dromedario y el camello bactriano, respectivamente. Estos diversos genotipos del VHE-A difieren en sus características epidemiológicas, ruta de transmisión y presentación clínica (1).

Vías de transmisión

Cuatro de los ocho genotipos del VHE-A infectan comúnmente a los seres humanos. Los genotipos 1 y 2 se propagan por vía fecal-oral a través del agua potable contaminada en zonas endémicas debido a la limitada purificación del agua y las malas condiciones sanitarias. Las infecciones con los genotipos 3 y 4 del VHE-A se atribuyen a la transmisión zoonótica. La transmisión zoonótica se produce a través del consumo de productos animales contaminados (p. ej., carne cruda o poco cocida, mariscos crudos, leche) y el contacto cercano con animales infectados, tal es el caso de veterinarios, agricultores y carniceros. Otras vías de transmisión del VHE-A, aunque menos comunes, incluyen las transfusiones de sangre, el trasplante de órganos y la transmisión vertical de madre a hijo, especialmente en zonas endémicas (1).

La infección por los genotipos 1 a 4 del VHE-A en seres humanos está ampliamente descripta en la literatura, pero nuestro conocimiento sobre otras cepas del VHE-A es limitado.

En 2022, se implementó la primera campaña de vacunación en respuesta a un brote de VHE de genotipos 1 y 2 en una región endémica. Los genotipos 3 y 4 del VHE-A son patógenos zoonóticos que causan principalmente infección crónica por VHE en poblaciones inmunodeprimidas y en mujeres embarazadas. Una novedad es la documentación de la transmisión zoonótica del Orthohepevirus C (VHE-C) a los seres humanos, presumiblemente por contacto con roedores o sus excrementos. Anteriormente, se creía que la infección por VHE en seres humanos se limitaba únicamente al VHE-A (1).

Un importante problema de salud

El virus de la hepatitis E (VHE) constituye un importante problema de salud pública en los países en desarrollo, donde la principal vía de transmisión es el agua contaminada. Se han descripto cada vez más casos zoonóticos de VHE en Europa, Japón y Estados Unidos. Los cerdos constituyen el principal reservorio animal de la infección.

Se ha relatado un caso de hepatitis aguda inusual en un hombre previamente sano, causada por un VHE de rata con una secuencia genómica considerablemente divergente en comparación con otras cepas de VHE de rata (3). Como dato de interés, en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se detectó la presencia de anticuerpos anti-VHE en roedores sinantrópicos de las especies Rattus rattus y Mus musculus (4).

El Orthohepevirus B se limita a las aves, principalmente a los pollos, mientras que el Orthohepevirus D se aísla en los murciélagos y aún no hay evidencia de la transmisión del B ni del D a los seres humanos (1).

El reconocimiento clínico y el diagnóstico preciso son esenciales para el manejo de la infección por VHE y para comprender la carga global de la enfermedad (Fig. 1) (5). La epidemiología influye en las presentaciones clínicas. Se necesitan estrategias de respuesta dirigidas a los brotes de VHE para la prevención de la enfermedad, y las campañas de vacunación pueden ser un componente eficaz de estas estrategias. Es importante que las muestras enviadas al laboratorio, como siempre, vengan acompañadas de datos de relevancia de los pacientes. En este caso se deberá prestar especial atención al nexo epidemiológico que rodea el caso.

Figura 1. Algoritmo de diagnóstico y notificación de la hepatitis E a través de SNVS (3)

Referencias bibliográficas