Institucional

Revista 616

FABA reclamó a IOMA aplicar un bono adicional

Se oficializó el incremento arancelario del 28% a partir de diciembre último, al tiempo que las autoridades de la obra social se comprometieron a reconocer una mejora del 25% desde enero.

El Instituto de Obra Médico Asistencial finalmente oficializó el aumento arancelario del 28% con vigencia desde el primero de diciembre pasado para las prácticas de laboratorio y además, la conducción de la obra social se comprometió con las autoridades de la Federación Bioquímica a disponer una mejora del 25% a partir de enero.

Lógicamente, durante el mes en curso deberá discutirse otro incremento de nuestras remuneraciones profesionales para febrero, a la luz de la prosecución de la escalada inflacionaria, que, como se sabe y se sufre, impacta con gran fuerza en los gastos de funcionamiento de los laboratorios de análisis clínicos.

Por otra parte, la Federación Bioquímica reclamó a la obra social provincial, el acordar la aplicación de un bono adicional por cuenta de los afiliados del IOMA toda vez que se atiendan en nuestros laboratorios.

Desde luego, no es la intención de FABA perjudicar a los afiliados de IOMA, pero se trata de una medida inevitable para que dejemos de ser los bioquímicos de la provincia de Buenos Aires los que financiemos el sistema, bajo el riesgo de que nuestros laboratorios colapsen enfrentándose a la posibilidad cierta de cerrar o de no poder seguir brindando las prestaciones de la manera habitual.

La pauta arancelaria 2023 del Instituto (sin contar el plus capitario por compensación de coseguros) fue del 113% contra una inflación para el mismo periodo de 211,4%, comparación que no necesita siquiera comentarse. En tanto, fue del 135% la suba total del año pasado de los salarios de los trabajadores estatales bonaerenses, de cuyos ingresos se nutre el presupuesto de IOMA.

Nuestro reclamo fue admitido por los directivos del Instituto, analizándose en estos días, varios aspectos relacionados con el cobro de ese bono adicional, tales como la fecha de su entrada en vigencia, el monto, y la modalidad de pago en los laboratorios.

El cobro de este bono amerita realizar un análisis objetivo de la situación considerándose distintos aspectos, uno de los cuales, tal vez el más saliente, pase por recordar que durante toda la gestión del Dr. Homero Giles al frente del Instituto, se evitó que los afiliados debieran realizar algún tipo de pago adicional, cuando durante décadas lo habitual era abonar los bonos de los coseguros correspondientes a las diferentes obras sociales de los empleados estatales.

Por eso fue que los coseguros quedaron congelados por varios años de creciente y desatada inflación, en valores que podrían definirse como hasta ridículos. Ante tamaña injusticia, la Federación Bioquímica adoptó con firmeza la determinación de que se le pusiera un punto final a esa situación que venía socavando el real tenor de la remuneración profesional en la atención de los beneficiarios del IOMA.

Así las cosas, y siempre tratando de evitar que sus beneficiarios tuviesen que abonar “extras”, el Instituto dispuso que los coseguros pasasen a integrar un porcentaje adicional de la cápita (plus capitario) e ir recuperando sus valores reales paulatinamente.

Pero la desbocada inflación que comenzó a profundizarse a partir del segundo semestre del año pasado y que se ha agravado severamente a partir de diciembre, ha complicado todos los parámetros de los prestadores de salud y de las finanzas provinciales, las que, por su parte, se ven más erosionadas aún por la política económica del gobierno nacional que disminuye el flujo de fondos.

Entonces, sin posibilidad fáctica alguna de que el Instituto pueda siquiera acercarse a compensar los gastos de funcionamiento de los laboratorios de análisis clínicos, y de que los bioquímicos sigamos en muchos casos trabajando a pérdida, el cobro de un bono adicional a los afiliados del IOMA, como se dijo, es inevitable.

Pero además, la Federación Bioquímica está reclamando al IOMA, igual que al PAMI y a las obras sociales sindicales, que se revaloricen prácticas cuyos aranceles no llegan a cubrir los costos de éstas, o que en su defecto, esas determinaciones de laboratorio que resultan deficitarias queden por fuera de los convenios.