Institucional

Revista 634

Comunidad FABA

Bioquímico y rockero

Gustavo Nogueiras es un profesional de prolífica trayectoria en el laboratorio y compromiso dirigencial en el Distrito V, pero además tiene otra pasión: es el cantante de su banda de rock Suburbano BA y la comparte en esta entrevista.

Hay bioquímicos que aman su profesión, y hay otros que además de vivirla con pasión, encuentran espacios para volcar esa misma energía en otros mundos. El Dr. Gustavo Nogueiras es uno de ellos: bioquímico desde hace más de cuatro décadas, fundador de un laboratorio en Ingeniero Maschwitz y miembro activo de la comisión del Distrito V, también es cantante de una banda de rock que, como él, se mueve entre el compromiso y la alegría.

Gustavo Nogueiras en la fiesta del Aniversario 63º del Distrito V de FABA.

Dueño de una agenda intensa, con ensayos, reuniones, fútbol y vida familiar, encontró en la música una segunda vocación. Y lejos de vivirla en secreto, hoy la comparte con sus colegas en eventos institucionales, escenarios profesionales y hasta en su propio patio, donde montó un escenario al que bautizó Subur Stage. En esta entrevista, Gustavo deja por un momento el rol institucional y se permite una charla íntima con FABA Informa, donde habla de pasiones, inicios y del camino que lo llevó a Suburbano BA.

¿Cómo llegaste a la bioquímica? ¿Qué te llevó a elegir esta profesión?

La carrera la elegí por la influencia de un profesor del secundario. Yo soy técnico químico, hice la especialidad en el Colegio Lasalle y terminé en el Otto Krause. Teníamos un docente que era químico, el Dr. Roberto Bado y tenía su laboratorio de análisis clínicos. Llevaba muestras de orina al aula para enseñarnos química general, y a mí eso me despertó un interés enorme. Después trabajé en una fábrica de zapatos, algo que no me gustaba, y eso también me empujó a buscar una carrera universitaria. Empecé a trabajar como técnico en una clínica, y ya desde el primer día me apasionó. Me anoté en bioquímica en la UBA, y nunca más miré para atrás.

Suburbano BA en el Subur Stage. De izquierda a derecha: Maxi, tecladista; Jorge, bajista; Gustavo, voz y Darío, guitarrista.

¿Y la música cuándo empezó a formar parte de tu vida?

La música me acompaña desde que tengo memoria. Cuando era muy chico ya le pedía discos a mi mamá. Pero no era "comprame cualquiera", yo sabía exactamente qué disco quería. Cada vez que íbamos al odontólogo, el soborno era que me compraran uno. Me acuerdo que uno de los momentos más felices fue cuando me regalaron mi primer Winco.

Recién más adelante, ya con familia y todo, un amigo me anotó sin avisarme en clases de teatro. Yo no quería, porque sabía que si me gustaba no paraba más. Y así fue: hice diez años de teatro. Me encantó. Un año después, el mismo amigo me dio una tarjeta de una escuela de canto, y también fui. Era SiBemol, justo en mi barrio, en zona norte. Así empecé canto y estuve once años con Pablo Cugnata, coach y director de la escuela, que hoy es mi amigo íntimo. Él me enseñó todo lo que sé cantar, lo que soy arriba del escenario. Y el teatro también me ayudó muchísimo a interpretar, a plantarme, a contar algo cuando canto. Fueron procesos paralelos que me formaron un montón.

Suburbano BA en su presentación en el Hard Rock. De izquierda a derecha: Maxi, guitarrista; Fabián, tecladista; Gustavo, voz; Roby, baterista; Darío, guitarrista y Jorge, bajista.

¿Cómo fue que nació Suburbano BA, tu banda?

Fue por mi primo Roberto Muryn, que vino a una muestra de canto donde yo participaba. Al terminar me dijo: “Gus, te voy a llamar esta semana, quiero hacer algo con vos”. Y cumplió. Quería reunir a los músicos de su antigua banda de juventud. Me invitó a una reunión con otros guitarristas y un baterista, todos desconocidos para mí. Cuando los escuché tocar, dije “yo de acá me voy, son buenísimos”. Pero me convencieron de quedarme.

La primera zapada fue en el living de mi casa, con asado incluido, y la verdad que sonamos bastante bien. Nos empezamos a juntar cada tres semanas y eso siguió por mucho tiempo, hasta que mi primo trajo temas propios. Ahí empezamos a pulirlos. Yo, que soy muy del escenario, les dije: “Muchachos, esto hay que sacarlo a la luz”. Y armamos un show para amigos y familia en mi casa. A partir de ahí, el proyecto creció.

Suburbano BA en la fiesta del Aniversario 63º del Distrito V de FABA. De izquierda a derecha: Maxi, guitarrista; Gustavo, voz; Roby, baterista; Jorge, bajista y Darío, guitarrista.

¿Y cómo fue evolucionando la banda en estos años?

Pasaron muchos músicos. Al principio tocábamos siempre los mismos cinco, pero no todos querían presentarse en vivo. Después llegó la pandemia, que nos obligó a parar y también trajo algunas diferencias. Algunos se fueron. Seguimos tocando por Zoom un tiempo, pero no era lo mismo.

Con el tiempo, fuimos sumando nuevos integrantes. Hoy tenemos una formación muy consolidada, con Darío en guitarra, Roby en batería y una rutina de ensayo fija los martes en Villa Crespo. Después del ensayo, comemos, nos reímos, lo pasamos bien. Las esposas de todos también se sumaron a la movida, hacemos reuniones, festejos. Es una familia suburbana, como nos gusta decir. No vivimos de esto, pero nos lo tomamos con mucha seriedad y alegría.

¿Recordás algún show con especial cariño?

Sí, el primero que se me viene a la cabeza es el del Hard Rock Café, el 10 de mayo de este año. Fue realmente muy especial. Lo llenamos!!, casi todos amigos míos. Algunos no pudieron llegar, pero estaba rodeado del núcleo más íntimo de afectos, y eso se siente, se nota. Primero, por el lugar: tocar en el Hard Rock ya es una experiencia en sí misma. Segundo, por la presencia de la gente, ese acompañamiento que te emociona. Y tercero, porque el show salió brutal. Redondo por todos lados.

Suburbano BA en la fiesta del Aniversario 63º del Distrito V de FABA. De izquierda a derecha: Maxi, guitarrista; Gustavo, voz y Darío, guitarrista.

Después tengo muchos otros que también me marcaron: los carnavales del Centro Galicia, por ejemplo, que siempre tienen una energía única, o los shows que dimos en la Fiesta de la Flor de Escobar, que son encuentros multitudinarios y muy cálidos. Pero el del Hard Rock fue una combinación de todo eso: un lugar icónico, un gran sonido, amigos, y un momento en el que todo salió bien.

Contame del show en el festejo por los 63 años del Distrito V. ¿Cómo viviste esa presentación tan especial?

Ese sí que fue una mezcla de emoción, nervios y orgullo. Yo no soy de mezclar mis mundos: con mis amigos no hablo mucho de bioquímica, y en el Distrito casi no mencionaba mi banda. Pero en una reunión de comisión, propusieron que Suburbano tocara en el aniversario. Me sorprendió mucho. Les dije: “Miren que yo hago rock, no hago música para bailar”. Pero insistieron, algunos ya nos habían visto tocar.



Ese sí que fue una mezcla de emoción, nervios y orgullo. Yo no soy de mezclar mis mundos: con mis amigos no hablo mucho de bioquímica, y en el Distrito casi no mencionaba mi banda. Pero en una reunión de comisión, propusieron que Suburbano tocara en el aniversario. Me sorprendió mucho. Les dije: “Miren que yo hago rock, no hago música para bailar”. Pero insistieron, algunos ya nos habían visto tocar.

Con Suburbano BA tocan covers pero también temas propios. ¿Quién se encarga de la música y quién de las letras? ¿Tienen bandas que los inspiran o referentes dentro del rock? Y los covers, ¿cuáles son esas bandas que no pueden faltar en su repertorio?

Con Suburbano BA tocamos covers de rock nacional. Antes hacíamos muchos en inglés, Beatles, Rolling stones, Clapton y muchísimos más pero desde hace unos años y cuando empezamos a tocar más seguido nos perfilamos hacia lo nacional. De hecho nuestro nombre sale de un tema de Pappo, El hombre suburbano que lo tocamos en casi todas las presentaciones. Hacemos de Charly, Soda, Los Redondos, Calamaro, Enanitos, Turf, La Vela puerca, Estelares, Virus, Zas, Ataque 77, La Renga, Guasones, Vox Dei, etc. Muy variado donde la gente se recopa porque conocen las canciones.



En cuanto a los temas propios, la mayoría de las letras las hago yo pero la música la componemos entre todos. En adelante trataremos de ampliar nuestro repertorio hacia los temas propios y tratar de difundirlos. Ya estamos trabajando en eso con una productora.

Los referentes nuestros son todo el rock nacional e internacional. No estamos encasillados. Cada uno tiene sus preferencias pero en general a todos nos gusta lo que sea rock, de cualquier época y origen. También estamos abiertos a otros géneros, de hecho algunos de la banda hacen folklore, tango o melódico. Quizás en algún show metemos alguna cumbia también, después de todo, cuando le cantamos el cumple a alguien lo hacemos al ritmo de cuarteto.

¿Cómo te organizás para hacer todo lo que hacés y seguir disfrutándolo?

La clave es la organización. Tengo tres laboratorios —uno en Maschwitz y dos en Garín— y un equipo de trabajo extraordinario. Aprendí a confiar y delegar. Me enfoco en la gestión, y en lo técnico sigo conectado, pero desde otro lugar. También soy muy estructurado con los horarios. Juego al fútbol todos los sábados, estoy presente para mis hijas, y me doy espacios para descansar.

¿Qué le dirías a un colega que tiene una pasión, un hobby, y no se anima a compartirlo en el ámbito profesional?

Que lo haga. Que lo muestre. Aunque no seas el mejor, lo importante es el camino, no el premio. Yo dudé mucho antes de contar que tenía una banda, pero me sorprendió la respuesta. Compartir lo que te gusta genera vínculos nuevos. Y si te va mal, también es parte del recorrido. No te guardes lo que amás hacer. Hacé lo que te gusta, con ganas, con dedicación, y mostralo.