Institucional

Revista 634

Editorial

Corporaciones: Una palabra maltratada injustamente

Debido al ataque recibido a las entidades médicas en general, y a FABA en particular, en este número y en el siguiente abordaremos primero generalidades sobre las corporaciones, y luego las características de nuestra entidad.

Por Dr. Claudio H. Cova, Presidente de la Federación Bioquímica de la provincia de Buenos Aires.

Poner la palabra corporación como mala palabra no solo es una muestra de desconocimiento sobre la función y necesidad de las mismas, sino también un peligroso mensaje hacia la sociedad.

Como siempre hay buenos y malos, como lo hay en todos los ámbitos de la sociedad, pero en salud las corporaciones salvaron en muchos casos a sus integrantes creando círculos virtuosos a través de la mejora continua de los servicios brindados y de la calidad prestacional.

Las corporaciones son entidades legales creadas para desempeñar actividades económicas, ser titulares de derechos y obligaciones, y reunir a personas físicas o jurídicas en torno a un objetivo empresarial o social. Su relevancia ha crecido de tal forma que hoy día su influencia se percibe en casi todos los ámbitos: desde la economía global hasta la cultura, la tecnología y los marcos regulatorios.

Las corporaciones, son estructuras legales diseñadas para separar la personalidad jurídica de la entidad respecto a la de sus miembros. Este principio de separación protege el patrimonio personal de quienes participan en la corporación y permite la continuidad de la entidad más allá de la vida o el interés de sus integrantes.

El concepto de corporación tiene antecedentes en las asociaciones comerciales y gremios de la Edad Media, pero su desarrollo moderno surge con la expansión del comercio marítimo y la necesidad de reunir grandes cantidades de capital para empresas arriesgadas y costosas.

Durante los siglos XVII y XVIII, surgieron las primeras grandes corporaciones, como la Compañía de las Indias Orientales británica y la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, que jugaron un papel central en el comercio global y la colonización. Estas corporaciones recibían cartas reales que les concedían privilegios exclusivos, funciones casi estatales y autonomía en sus operaciones.

Con la Revolución Industrial, la proliferación de sociedades anónimas permitió financiar fábricas, ferrocarriles y bancos, sentando las bases del capitalismo moderno. En el siglo XX, las corporaciones evolucionaron para abarcar sectores como la energía, las telecomunicaciones, la informática y la biotecnología, integrando nuevas formas de organización y gobierno corporativo.

Marco legal

El marco legal reconoce distintas clases de corporaciones, de acuerdo con su objetivo, propiedad o tamaño. Entre las categorías más comunes se encuentran:

Las corporaciones han sido vehículos fundamentales para el desarrollo económico. Sus ventajas incluyen la movilización de grandes capitales, la gestión profesionalizada y la capacidad de asumir riesgos distribuidos entre muchas personas.

El buen funcionamiento de una corporación exige reglas claras sobre la toma de decisiones y el control interno. Una gestión transparente y responsable es fundamental para evitar abusos, fraudes o conflictos de interés. La regulación estatal de las corporaciones persigue salvaguardar el interés público, proteger a las personas inversoras y trabajadores, y fomentar la competencia leal. Los marcos regulatorios varían según la jurisdicción, abarcando temas como la divulgación de información financiera, la protección ambiental y la responsabilidad social empresarial.

Las corporaciones son motores de crecimiento económico, innovación y bienestar.

Retos complejos

El siglo XXI plantea retos complejos para las corporaciones, incluyendo la digitalización acelerada, la inteligencia artificial, la crisis climática y la creciente desigualdad social. Las personas consumidoras y reguladoras exigen mayor ética, inclusión y sostenibilidad de estas entidades.

Además, el auge de la economía digital ha dado lugar a nuevas formas de corporaciones: empresas tecnológicas globales, plataformas digitales y startups con modelos disruptivos. Estas entidades desafían la legislación tradicional y requieren marcos legales flexibles y adaptativos.

La figura de la corporación seguirá transformándose para responder a los retos sociales, económicos y tecnológicos. El énfasis en la sostenibilidad, la transparencia y la participación de diversos grupos de interés será cada vez más relevante.

Las nuevas generaciones de personas empresarias, directivas y consumidoras demandan organizaciones comprometidas con valores éticos, equidad y el bienestar común, más allá de la maximización de beneficios. La innovación y la adaptabilidad serán clave para que las corporaciones mantengan su vigencia y legitimidad en una sociedad en permanente cambio.

En resumen, las corporaciones han sido protagonistas centrales en la historia moderna, modelando economías y sociedades. Su futuro depende de su capacidad para reinventarse, asumir su responsabilidad social y contribuir al desarrollo humano sostenible.