Institucional

Revista 630

El PAMI dispuso una suba arancelaria desde febrero

Estamos a la espera de una definición con respecto a otra mejora reclamada por la Federación Bioquímica para marzo.

Un incremento de aranceles profesionales del 1,9% retroactivo al primero de febrero, fue logrado por la Federación Bioquímica junto a la CUBRA en el marco de las negociaciones que se vienen sucediendo sin pausa con las autoridades del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.

Por otra parte, pero en el marco de las mismas tratativas, estamos a la espera de que el Instituto adopte una positiva definición con respecto al fuerte reclamo realizado por la conducción de FABA para que se disponga otra mejora arancelaria para marzo.

En las negociaciones con las autoridades del Instituto, los bioquímicos hemos demostrado cabalmente y con números claros a la vista que, tal como se indicara en la última edición de FABAInforma, ya desde hace un tiempo a los profesionales del laboratorio nos resulta imposible “stockearnos” de reactivos y otros insumos primordiales en función del deterioro de nuestros ingresos.

Pero esa misma situación se retroalimenta muy negativamente al verse necesariamente reducidos los plazos en los que debemos proveernos de insumos para nuestros laboratorios, encontrándonos con frecuentes aumentos de precios y reducción de los plazos de pago, que tienen, podría decirse, una relación inversamente proporcional con la magnitud de los aranceles profesionales y la demora en los que estos, sin llegar a actualizarse completamente, reciben algún incremento.

Como esta situación no se puede mantener fácticamente por más tiempo, resulta imperioso que el PAMI disponga para marzo un aumento arancelario en consonancia con las necesidades que tenemos los bioquímicos para poder seguir brindando la acostumbrada atención de calidad para los beneficiarios del Instituto, razón por la que también se impone la necesidad perentoria de que nuestro trabajo profesional se vea reconocido con una actualización acorde.

En ese marco, necesitamos, además, una mejora del modelo prestacional que nos comprende, aunque no dejamos de reconocer que el Instituto dispuso a fines del año último el pase al sistema de tasa de incentivo de otras siete determinaciones de laboratorio muy habituales y que superan la tasa de uso fijada en las condiciones contractuales, del mismo modo en que previamente se hiciera con trece prestaciones más.

Crítica situación

En otro orden hay que decir que recientemente se conocieron conclusiones del resultado del último censo realizado en el país y en cuyo marco se advierte un preocupante descenso de la natalidad y además, un incremento del promedio de vida de la población.

Dicho en otros temas, de mantenerse esta tendencia, que es común a la mayor parte del llamado “mundo occidental”, cada vez habrá menos población potencialmente activa para sostener las necesidades de los adultos mayores, lo que impactará progresiva y negativamente en las remuneraciones previsionales y más que nada, en la calidad de la atención de su salud, lo que se agrava por la constante aparición de medicamentos y tecnología médica para el rango etario poblacional de más edad.

Sobre este preocupante tema, distintos sanitaristas realizaron declaraciones periodísticas. Entre ellos, el Dr. Rubén Torres, presidente del Instituto de Política, Economía y Gestión en Salud (Ipegsa), indicó que “el impacto más grande del envejecimiento de la población se va a dar sobre los sistemas jubilatorios. En segundo lugar, sobre los de salud. Si bien Argentina tiene un resto de lo que se llama ´bono demográfico´ -el tiempo que falta para que la población de mayor edad supere a la más joven-, ya empieza a tener impacto; el aviso que se ha dado de la disminución de la natalidad habla de esto y de la velocidad en la que se va a alcanzar esa situación”.

Torres advirtió que “esto va a generar un cambio en la dinámica de las instituciones de salud. Cuando la que predomina es la población más joven, los hospitales son de agudos, básicamente, porque atienden emergencias y enfermedades que requieren internaciones cortas. En cambio, en el futuro va a haber más hospitales de cuidado prolongado, lo que va a cambiar las condiciones de gasto de esas instituciones”.

Por su parte, Ernesto Van Der Kooy, presidente de Prosanity Consulting, sostuvo que “el impacto del envejecimiento poblacional ya está ocurriendo y va a seguir impactando cada día más. Es tanta la importancia que han adquirido las enfermedades crónicas no transmisibles, que tienen modelos específicos de abordaje dentro de las estrategias de atención primaria. Estamos hablando de enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer, enfermedad respiratoria crónica y depresión, entre otras”.

Van Der Kooy señaló también que “hay estudios que afirman que el 85 por ciento de las personas mayores de 65 años padece al menos una enfermedad crónica. Y que la atención de las personas mayores de 65 años en los sistemas sanitarios representa alrededor del 70 por ciento del gasto de los sistemas de salud. Dentro de ese 70 por ciento hay una gran incidencia de los medicamentos”.