Institucional

Revista 630

Distrito X - Bahía Blanca

El Distrito X y la inundación en Bahía Blanca

Crónica de una semana de angustiante caos.

Por Guillermo S. Pandolfi, Presidente del Centro de Analistas Distrito X

(Bahía Blanca, 25 de marzo de 2025). Al atardecer del jueves 6 de marzo tomé conocimiento de que el Municipio, a raíz del Alerta Naranja reportado por el SMN, había suspendido las clases y toda actividad oficial del día siguiente, sugiriéndole al sector privado que adoptara medidas acordes a la contingencia climática que se pronosticaba. Aquí vale acotar que Bahía Blanca viene siendo una ciudad muy castigada por el factor meteorológico en los últimos 15 meses, desde el tornado del 16/12/2023 con su tremenda secuela de 13 muertos y muy importantes daños estructurales que en parte todavía permanecen sin resolver.

También hace un mes, una fuerte granizada provocó considerables daños, muy evidentes en todo el parque automotor que no se encontraba a cubierto. Por consiguiente, las medidas restrictivas adoptadas por el Municipio relativas a la actividad laboral demostraron ser muy oportunas porque restringieron la cantidad de gente circulante en las horas pico del inicio de la jornada y seguramente atenuaron gran parte de las consecuencias relativas a la pérdida de vidas y/o lesiones graves en la población.

Ya en la madrugada del viernes 7 comenzó a llover con mucha intensidad y con las primeras luces del amanecer las primeras noticias eran muy preocupantes. Por ende a la hora 6 y a través de los diferentes whattsapp institucionales, informé que el Distrito quedaba cerrado hasta nuevo aviso.

Ese viernes 7 de marzo durante la mañana y encerrado en mi casa todavía pude mantener algunos esporádicos contactos desde mi celular, pero ya a partir de las 13 hs quedé totalmente incomunicado. Lógicamente tampoco era viable salir a la calle, ya que las noticias radiales aunque con frecuentes interrupciones en sus emisiones, reportaban lo alarmante de la situación y ya confirmaban oficialmente 10 fallecidos. Con buen criterio el Municipio estableció una especie de “toque de queda”, muy oportuno ya que también la energía eléctrica había quedado cortada en toda la ciudad. En ese dramático contexto ayudó mucho el muy importante despliegue de las fuerzas armadas y de seguridad, colaborando con camiones y vehículos anfibios en las numerosas tareas de búsqueda y rescate de aquellas personas más comprometidas, muchas de ellas resguardadas en los techos de sus viviendas mientras veían alarmadas el riesgo de vida existente en la calzada, ya que ésta se había convertido en un caudaloso cauce por el que ”navegaban” los vehículos hasta detenerse encimados unos con otros atascados contra las viviendas o los árboles de las veredas. También en ese caótico torrente flotaban a la deriva sillones, mesas, heladeras, camas, colchones, etc.

Con poca y esporádica información transcurrió ese fatídico viernes lloviendo casi hasta las 16 hs, con aproximadamente el 70 % de la población sin poder salir de sus casas incluso teniendo agua en el interior. Otros vecinos debieron necesariamente refugiarse en los Centros de Evacuación preestablecidos, para comer un plato caliente esa noche e intentar dormir un poco.

Al otro día sábado y ya antes de las 8, con muchas dificultades por el anegamiento de las calles pude llegar al Distrito. Allí con los empleados Sandro García, responsable de mantenimiento general y Micaela Trujillo de Facturación conseguimos entrar y en penumbras ver el caos imperante en todas las instalaciones. Por las marcas en paredes y mobiliario vimos que el agua había cubierto todo lo que se encontraba por debajo de los 70 cm, documentación, computadoras, muebles de oficinas, unas 100 sillas nuevas, etc. Durante casi 6 horas entre los 3 presentes encaramos una infatigable pero precaria labor de limpieza ya que todavía había algo de agua y muchísimo barro, debiendo caminar en cámara lenta para evitar algunos inevitables y peligrosos resbalones. En lo personal reconozco que ese día sábado a la noche fue el momento de mayor desasosiego y preocupación, ya que no veía como podíamos salir en el corto plazo medianamente operativos de semejante situación.

Cuarenta horas incomunicado

El domingo 9 a las 6 de la mañana recuperé la telefonía e internet y tomé conocimiento de numerosas llamadas perdidas y de casi 200 mensajes por watts app, procedentes de todos los directivos de las instituciones que integramos, colegas y empleados, además de las lógicas relaciones personales. Como la señal era muy mala, a esa temprana hora del domingo remití comunicaciones prioritarias a todos los sectores internos y externos vinculados con la actividad del Distrito. Durante las 40 horas que permanecí totalmente incomunicado fue muy comprometida la gestión de la Vicepresidente Dra. Marcela Taffetani (desde Buenos Aires varada por el corte de rutas), de la Tesorera Dra. López (desde el exterior por vacaciones) y del Secretario Dr. Pablo Bolleta (desde Tornquist a 80 km de B. Blanca) , quienes aprovechando que disponían de cierta operatividad en sus celulares, pudieron aunque sea precariamente mantenerse comunicados con algunos empleados, directivos y colegas, no solo respecto a lo institucional sino también interiorizándose de las desgracias personales sufridas. Ya a media mañana de ese especial domingo salí a caminar unos 5 km a la redonda para intentar ubicar zonas con señal porque había vuelto a quedar incomunicado y ahí recién comencé a tomar real conciencia del impacto del temporal, ya que uno de los dos cauces que se desbordó estaba a escasos 300 mts de mi domicilio. En ese momento fue impactante ver a todos los vecinos sacar todas sus cosas mojadas y embarradas a la calle, sea para secarlas o directamente descartarlas, ya que en ese sector con 1.80 mt de agua no se salvó nada.

Una complicada labor de limpieza

Ya el lunes 10 a las 8 hs organicé una reunión con el Dr. Pablo Bolletta, quien concurrió con su hija universitaria, con aquellos empleados que no habían tenido consecuencias graves en sus domicilios (algunos inclusive trajeron para colaborar a sus familiares cercanos), más los directivos Mirna Sewald y Matías Giorgio que se presentaron espontáneamente. Todos sin excepción habíamos concurrido portando palas, escobas, secadores de piso, trapos, etc. Ahí ya algo más tranquilos pero muy apesadumbrados, establecimos un plan de acción en equipo con roles bien definidos, priorizando poder quedar pronto operativos administrativamente. Encaramos todos la complicada labor de limpieza y desinfección de pisos y paredes, al mismo tiempo que aprovechando el buen clima trasladábamos al exterior para un primer secado el mobiliario de oficinas, documentación, computadoras, casi 100 sillas del auditorio, etc. Por otra parte, urgía reparar el grupo electrógeno principal ya que le había entrado agua al tanque de combustible. Al otro día este tema estaba resuelto, lo que fue muy importante ya que el normal suministro de la energía eléctrica en ese sector de la ciudad se restableció recién el miércoles 12. Respecto a facturación nos resultó muy valioso tener como respaldo un soporte en la nube pero también resultaba crítico disponer de un mínimo sistema informático interno de emergencia lo que logramos a través de algunas pocas PC sin daños y notebooks personales, ya que la gran mayoría de las CPU habían quedado no solo mojadas sino también con barro en su interior. Otro severo problema radicaba que toda la red de telefonía provista por Movistar estuvo fuera de servicio, el que recién fue repuesto aunque con frecuentes inconvenientes, el miércoles. Tampoco los servidores de nuestro proveedor de internet bvconline funcionaban y estuvimos sin servicio también hasta el miércoles 12.

En esos ajetreados días, aunque por momentos en forma precaria, pude mantener frecuentes contactos principalmente con los Dres. Claudio Cova y Eduardo Freggiaro, Presidentes de FABA y FBA respectivamente, actualizándoles el cuadro de situación. Ellos al igual que todos los demás integrantes de sus Mesas Directivas y los restantes Presidentes de los 9 Distritos, incondicionalmente me brindaban su apoyo, no solo en lo económico sino también en lo emocional especialmente importante en esos difíciles momentos en que la energía amagaba flaquear. Mi especial y sincero agradecimiento a todos ellos. Por supuesto que también nos apoyamos mutuamente con el Dr. José Pugliese, Presidente de EMSA ya que todas las importantes instalaciones de oficinas y depósitos de su sucursal en nuestro Distrito también sufrieron daños importantes.

Los días fueron avanzando y la ciudad va restañando sus heridas, apoyada por la gran solidaridad evidenciada en las colectas particulares de todo el país, además del importante apoyo económico comprometido durante sus visitas por el Presidente de la Nación y el Gobernador de la Provincia. También destaco la tarea de muchos cuerpos de bomberos llegados desde localidades muy alejadas de nuestra ciudad, al igual que la maquinaria vial de gran porte que va permitiendo recomponer una cierta transitabilidad normal por las calles y rutas aledañas. Las fuerzas locales y federales que arribaron a la ciudad también aportaron una muy comprometida cuota de esfuerzo, manteniendo una razonable cuota de seguridad para todos los vecinos, sobre todo en las varias jornadas en que muchos sectores permanecieron sin luz.

Una situación que mejora lentamente

En la sede del Distrito continuábamos trabajando sin pausa pero con prisa, hasta que con gran alivio el jueves 13 pudimos realizar una liquidación “cuasi normal”, con solo 3 días de retardo respecto a la fecha en que habitualmente realizamos nuestro 1er pago del mes. En esas circunstancias tan críticas que atravesaban muchos de los laboratorios de la ciudad, todos afectados directa o indirectamente en mayor o menor medida, considerábamos vital realizar un pago de honorarios lo antes posible.

Al momento de redactar esta reseña y luego de transcurridos 18 días desde el temporal, la situación lentamente va mejorando y pudimos realizar también una 2da liquidación el miércoles 19 y esta semana realizaremos dos mas, aunque gran parte de la tarea de secado y limpieza de mobiliario, equipos y documentación aún continúa en nuestro amplio y ventilado salón de reuniones. Todavía nuestro servicio de internet funciona con intermitencias y la central telefónica general de la sede está en reparaciones y no sabemos si podrá salvarse.

En este momento resulta aventurado saber con certeza si algún día podremos volver totalmente a nuestra situación general previa al temporal, porque como todos sabemos hoy los costos de reposición o reparación son muy significativos. Hay muchísimos gastos por lo que ya estamos gestionando algún apoyo crediticio en los bancos. Tampoco es un tema menor que la ciudad permanece muy vulnerable a nuevos fenómenos climáticos, sin ir más lejos hace 3 días tuvimos otro Alerta del SMN con importante lluvia y además por los daños estructurales sufridos estamos en muchas peores condiciones para soportar un nuevo temporal.

Una vez más, mi especial agradecimiento para todos aquellos que en la medida de sus posibilidades permitieron que vayamos desandando esta catástrofe y sus secuelas de la mejor manera posible dadas las circunstancias.

Un afectuoso abrazo para todos.