La Federación Bioquímica logró acuerdos con las empresas de medicina prepaga para octubre con incrementos arancelarios que se ubican entre el 4 y el 4,5%, por lo cual puede decirse que la gran mayoría de estas compañías nos trasladó casi el mismo porcentaje de aumento que aplicaron a las cuotas de sus afiliados.
En tanto, las negociaciones con las obras sociales sindicales se dieron en octubre de forma similar a la de los últimos meses, con casos en los que algunas de ellas han hecho un esfuerzo para reconocer, a cuenta, porcentajes algo superiores a los logrados por sus respectivos gremios en el marco de los acuerdos paritarios.
Las tratativas con las prepagas se dieron en un marco en el que se destacó, como en meses recientes, una relativa homogeneidad entre las distintas empresas en las subas de las cuotas.
Distinto parece ser el panorama que se avecina para noviembre, ya que las empresas del sector ya han comunicado a sus afiliados aumentos de las cuotas con porcentajes muy disímiles, debido a que se ubican entre el 3,9% y el 6,9%, superando, en muchos casos largamente, el último registro inflacionario del INDEC que fue, como se sabe, del 3,5%.
Voceros de las diferentes prepagas se encargaron de justificar, periodísticamente, los ajustes anunciados para noviembre por sobre la inflación, aludiendo, según los casos, a que “el sector de Salud continúa atravesando un contexto muy complejo”; a los “crecientes costos en la atención sanitaria”; y a que tales subas del valor de las cuotas que perciben de sus afiliados resultan “necesarios para mantener la infraestructura de salud frente a los aumentos en precios de medicamentos e insumos”.
Pero más allá de las justificaciones expuestas por varias de las prepagas, la Unión Argentina de Salud (UAS), que representa mayoritariamente a las empresas del sector y a otros prestadores, hizo público a mediados de octubre un documento en el que planteó que “la oferta de la industria farmacéutica argentina no termina por mejorar los precios del mercado, con una comparación del valor de 13 fármacos con España. Nuestro país se caracteriza por un desarrollo muy importante de la industria farmacéutica, de gran seguridad y calidad.
No obstante, sus estrategias corporativas y de relativa competencia, determinan que a pesar de la oferta de cantidad, esto no se traduce en menores precios en el mercado nacional y la comparación con España así lo demuestra, produciéndose cada vez más barreras de accesibilidad y asequibilidad por parte de la población.
La UAS también sostuvo que “también condicionan el acceso a los medicamentos barreras como la falta de financiamiento, los problemas de suministro, la insuficiente capacidad de producción local, la inadecuada legislación farmacéutica o la influencia de los acuerdos comerciales, entre otros”.
También se aludió las recientes “opiniones públicas y acciones” sobre la decisión de la provincia de Mendoza de importar medicamentos de otros mercados –en este caso, India– conocidos por la producción de fármacos a bajo costo. “De hecho, esto no es nuevo: empresas nacionales se abastecen de insumos elaborados en esos mercados para sus productos y, desde hace años, funcionarios de Salud nacionales y provinciales viajan a visitar esas plantas durante sus gestiones. El cuestionamiento concreto es hacia los medicamentos provenientes de India ya que el Anmat no reconoce la actuación de las agencias regulatorias locales que deben evaluar el cumplimiento de las normas exigidas a nivel internacional de buenas prácticas de manufactura. No sucede de igual modo con los medicamentos producidos en Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Italia, España, Reino Unido, etcétera, ya que ingresan a nuestro país automáticamente debido que se reconoce la evidencia de comercialización de origen”.