La infección es una causa importante de morbimortalidad en personas con diabetes. Las infecciones más frecuentes entre los diabéticos son las urinarias, osteomielitis y las infecciones de piel y tejidos blandos que pueden conducir a complicaciones, muchas veces fatales.
Las personas con diabetes tienen una mayor tendencia a infectarse que el resto de la población. Determinado tipo de infecciones están fuertemente asociadas con la diabetes como: la otitis externa maligna crónica, la panoftalmitis, la gangrena de Fournier y la mucormicosis.
La diabetes origina defectos en la funcionalidad de los neutrófilos (adhesión, quimiotaxis, bactericidia intracelular) y en las respuestas humorales (respuesta de anticuerpos y opsonización) (1) (2).
La hiperglucemia tiene efectos nocivos en la respuesta inmunitaria. Por otra parte, las infecciones y, en algunos casos, su tratamiento, pueden afectar la homeostasis de la glucosa a través de efectos sobre la secreción y la resistencia a la insulina y aumentar el riesgo de diabetes.
Algunas infecciones parecen asociarse a niveles elevados de la glucemia. El aumento en los niveles de glucosa en orina puede servir como suplemento de nutrientes para bacterias uropatógenas. El mal control de la glucemia también se ha asociado con la función de los leucocitos y hay trabajos en los que se demostró una mejora posterior al tratamiento con insulina (2).
Las infecciones son un factor predisponente importante tanto para la cetoacidosis diabética como para el síndrome de hiperglucemia hiperosmolar, y la búsqueda de una infección subyacente es una parte importante del tratamiento clínico de las complicaciones hiperglucémicas agudas.
El aumento de la permeabilidad intestinal, la insuficiencia vascular y la neuropatía, junto con la alteración de la colonización microbiana de la piel, las mucosas y el intestino, contribuyen al aumento del riesgo de infección.
A su vez, la infección induce una mayor producción de hormonas (glucagón, hormona de crecimiento, catecolaminas y glucocorticoides) y citoquinas (factor de necrosis tumoral-α e interleuquina 1). Esto antagoniza la acción de la insulina (3).
Algunos de estos factores se asocian específicamente a determinados tipos de infecciones.
La microvasculopatía y la neuropatía sensorial periférica, en particular la disfunción sudomotora, que causa sequedad de la piel, son factores predisponentes para enfermedades como el “pie diabético” o la erisipela.
Las personas con diabetes tienen una mayor tendencia a infectarse que el resto de la población.
Las infecciones de la piel, incluidas las infecciones por dermatofitos, el intertrigo candidiásico, la celulitis bacteriana y los abscesos cutáneos, son frecuentes en las personas con diabetes.
Una infección de extrema gravedad es la fascitis necrotizante. Ésta no es exclusiva de personas diabéticas, pero se presenta en ellas con mayor frecuencia. Se caracteriza por inflamación y destrucción de la fascia, la grasa y el músculo por acción bacteriana mixta. La gangrena de Fournier es una especie de fascitis necrotizante que afecta el perineo y que presenta una elevada mortalidad (3).
Entre las infecciones de piel y tejidos blandos está el llamado pie diabético que es una ulceración crónica de los miembros inferiores causada por múltiples microorganismos. La mitad de las úlceras del pie relacionadas con la diabetes están infectadas y sobre todo si estas úlceras son recurrentes o crónicas. En muchos casos, y en especial en contextos socioeconómicos desfavorables, estas úlceras pueden llevar a la amputación de miembros inferiores. La neuropatía periférica favorece la producción de traumas por pérdida de sensibilidad, la migración reducida de neutrófilos y el bloqueo de la producción de especies reactivas del oxígeno facilitan la reproducción bacteriana (3).
Hay infecciones que sin ser más frecuentes en los pacientes diabéticos, afectan a éstos con mayor gravedad. Dentro de las infecciones respiratorias se pueden citar la influenza, la COVID-19, la neumonía neumocócica e incluso otras, menos evidentemente asociadas, como la tuberculosis (4).
Las personas con diabetes tipo 2 tienen un riesgo mayor de padecer neumonía adquirida en la comunidad y los riesgos se correlacionan con los niveles de glucemia. Las tasas de mortalidad por neumonía también aumentan con la diabetes. Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus e incluso Klebsiella pneumoniae son agentes etiológicos de infecciones del tracto respiratorio inferior en personas diabéticas (3).
La otitis externa maligna es una infección grave del conducto auditivo externo y de la base del cráneo, que afecta con mayor frecuencia a pacientes ancianos con diabetes mellitus. La bacteria principalmente implicada es Pseudomonas aeruginosa.
La otitis externa maligna crónica sigue siendo una enfermedad grave asociada con complicaciones de los nervios craneales y una alta tasa de morbimortalidad. Esta enfermedad requiere un diagnóstico y tratamiento urgentes. El tratamiento más eficaz es controlar la diabetes y combatir la infección con el antibiótico adecuado y el desbridamiento del tejido necrótico (5).
Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de adquirir infecciones urinarias. Las formas clínicas pueden ser las corrientes (bacteriuria asintomática cistitis y pielonefritis) pero también se han relatado casos de formación de abscesos renales y perinéfricos y de formas enfisematosas graves potencialmente mortales de cistitis y pielonefritis. Las infecciones fúngicas, por ejemplo, candiduria, y la infección con organismos distintos de Escherichia coli como Streptococcus agalactiae también son más frecuentes en la diabetes (6). La neuropatía autónoma es un factor predisponente importante. Las personas con neuropatía autónoma pueden tener sensibilidad vesical alterada que resulta en distensión vesical, aumento del volumen de orina residual y reflujo vesicoureteral (3).
La infección es una causa importante de morbimortalidad en personas con diabetes. Algunas infecciones se producen casi exclusivamente en diabéticos, a menudo con altas tasas de mortalidad cuando no se diagnostican y tratan a tiempo.
Hay factores que dependen de los microorganismos involucrados, pero los más importantes son los que dependen del hospedador: impacto de la hiperglucemia en la respuesta inmune, insuficiencia vascular, neuropatía sensorial periférica y mayor permeabilidad intestinal.
La diabetes es un factor de complicación en muchas infecciones.
Se produce una relación recíproca por la cual ciertas infecciones y sus tratamientos también pueden aumentar el riesgo de diabetes.