Los bioquímicos alzamos la bandera de la calidad como un estandarte innegociable, como una distinción heroica que aún ante crisis gravísimas no dejamos de sostener.
Por Dr. Claudio H. Cova, Presidente de la Federación Bioquímica de la provincia de Buenos Aires
Cuando pensamos en el mayor Congreso Bioquímico en la República Argentina, pensamos en el CALILAB. Sin dudarlo, el colectivo bioquímico espera ansioso el encuentro que con el pasar de los años se transformó en el lugar de reunión de todos los bioquímicos de Argentina y de gran parte de América Latina.
El Calilab, que tuvo su primera edición en el año 2000 en el Paseo La Plaza en la ciudad de Buenos Aires, vuelve a convocar a todos los colegas con un programa sobresaliente con récord de disertantes extranjeros, y también con la mayor cantidad de trabajos científicos presentados a lo largo de su vasta y riquísima historia.
Es un orgullo para FABA ser la piedra basal de una entidad como la Fundación Bioquímica Argentina que, gracias a la visión de uno de los grandes dirigentes de nuestra institución el Dr. Norberto Cabutti, fue ocupando un lugar tan necesario como transcendental en nuestra labor profesional.
Pensar una institución con los objetivos puestos fundamentalmente en la Calidad del Laboratorio Clínico y su impacto en la labor cotidiana produjo un gran salto hacia la valorización profesional que hasta el presente nos hace una entidad profesional distinta, particular, única.
Buscando definiciones de la calidad podemos encontrar entre tantas la siguiente…”Podemos definir la calidad como el conjunto de características que posee un producto o servicio, así como su capacidad de satisfacción de los requerimientos de los usuarios. Por lo tanto, garantizar la calidad hará que nuestros productos sean más competitivos e incrementará la satisfacción del cliente”.
Hablar hasta hace no mucho tiempo de calidad en salud aplicado como destinatario a “un cliente” era casi una blasfemia, pero hoy sabemos que es indispensable la interpretación a mente abierta del paciente como un cliente, y a lo generado en el laboratorio de análisis clínicos como un producto destinado a optimizar, mejorar y hacer más eficiente en primera instancia el diagnóstico médico y en consecuencia más efectivo y exitoso el tratamiento que se lleva a cabo en base a ese diagnóstico mucho más certero.
Nos encontramos entonces en noviembre de 2024 con un laboratorio absolutamente protagonista, no sólo en la prevención, en la detección de la enfermedad en curso, sino también como predictor y vigía de miles de patologías probables de acontecer. Si hay una profesión que desarrolla la calidad es la profesión bioquímica, cientos de laboratorios acreditados a lo largo y ancho del país contrastan con establecimientos de salud con internación y complejidad cuyo número de acreditados son realmente preocupantes.
Paladines de las normas de estandarización, obsesivos de los controles de calidad tanto internos como externos, los bioquímicos marcamos un paso en salud que ningún otro sector supo acompañar.
Compartiremos días intensos con un programa de excelencia tal cual nos tiene acostumbrados cada CALILAB, nos reencontraremos con compañeros de Facultad, con colegas del país, con nuestros hermanos de América Latina, aprenderemos y nos llevaremos conocimientos, recursos, novedades de la industria, pero por sobre todo mostraremos que aún en crisis gravísimas, en emergencia social y sanitaria, en un derrumbe de valores y prioridades, en el caos y el desorden, los bioquímicos alzamos la bandera de la calidad como un estandarte innegociable, como una distinción heroica que a pesar de todo no dejamos de sostener.