Desde FABA estamos convencidos de que no hay otra opción que la lucha cotidiana, que la oscuridad es quedarse quieto, que no hay camino que no valga la pena recorrer, por más dificultoso que sea, que el del trabajo y el compromiso. “Es mejor prender una vela que maldecir la oscuridad” (Confucio).
Por Dr. Claudio H. Cova, Presidente de la Federación Bioquímica de la provincia de Buenos Aires
Hace pocos días en el marco del Congreso Argentino de Salud organizado por ACAMI (Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas), el Ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós nos dejó una frase que a todos nos gustó mucho: “Es mejor prender una vela que pelearse con la oscuridad”. Esta frase es una adaptación del propio Quirós de la frase original: “Es mejor prender una vela que maldecir la oscuridad”. La citada frase es un proverbio chino de la época del filósofo Confucio.
El Dr. Quirós usó el citado proverbio oriental con el objetivo de mostrar un camino, distinto, superador, que tenga en la motivación y el compromiso alguno de sus pilares fundacionales.
¿Realmente pensamos que vamos a poder cambiar el ya hartamente descripto vapuleado, quebrado, agotado, sistema de salud argentino, si sólo tomamos como punto de partida y eje de discusión la queja y el lamento permanente?
¿Es posible un futuro sistema sanitario que sea realmente inclusivo, eficiente, efectivo, con resultados médicos superadores, con indicadores sanitarios de primer mundo, con planes de medicina preventiva sólidos y serios, si lo único que nos une es el espanto?
¿Podemos establecer acuerdos sólidos y duraderos, llegar a consensos razonables y justos, escribir una nueva y superadora historia sanitaria en la República Argentina, si cada uno de los actores que conforman el sistema no está dispuesto a pensar en el conjunto por sobre sus intereses individuales?
Las preguntas que surgen son infinitas, las dudas, los miedos, la desconfianza, la falta de transparencia, los intereses económicos, los intereses personales, los intereses políticos, la corrupción instalada desde hace décadas, la falta de compromiso con la sociedad, tiñen todo de un oscuro color de certezas indeseables, de paradigmas reformulados sobre arenas de un pantano mal oliente.
Volviendo al amigo Confucio, que fue el más grande filósofo chino de la historia, nos decía en sus principios que el grado de perfección moral no se encuentra vinculado al origen de una persona, sino al nivel de internalización y desarrollo que haya logrado en los 5 principios confucianos: ren (humanidad), yi (rectitud), li (ritual), zhi (sabiduría) y xin (honestidad).
Esto dicho en el año 500 a.C aproximadamente no suena nada mal si se aplicara a todos nuestros políticos y dirigentes en la actualidad.
Si juntamos estos cinco principios y los pusiéramos como condición para ocupar cargos políticos en nuestro país seguramente tendríamos que importar de otros países mucho más que elementos de uso doméstico.
Nosotros desde FABA preferimos prender una vela, estamos convencidos que no nos podemos entregar al caos y la desesperanza, que no hay otra opción que la lucha cotidiana, que la oscuridad es quedarse quieto, que no hay camino que no valga la pena recorrer, por más dificultoso que sea, que el del trabajo y el compromiso.
Tratamos, aún en momentos de crisis terminales y profundas, de mostrar ese espacio de luz que seguramente cada día será mayor.
Citando finalmente a Confucio, y ahora sí con una frase que le pertenece: “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes”; sabemos lo que tenemos que hacer y lo hacemos, esa es la pequeña vela que prendemos cada día para no dejar vencernos por la oscuridad.