Acaba de publicarse una revisión confeccionada por miembros de la American Diabetes Association (ADA) acerca de la clasificación y el diagnóstico de la diabetes con el objetivo de actualizar los estándares de atención de la diabetes, y las pautas generales de tratamiento según las recomendaciones de práctica clínica de la ADA (1) (2).
Diabetes tipo 1.
Diabetes debida a la destrucción autoinmune de las células β, que generalmente conduce a una deficiencia absoluta de insulina. Bajo esta denominación también está incluida la diabetes autoinmune latente de la edad adulta.
Diabetes tipo 2.
Diabetes debida a una pérdida progresiva no autoinmune de la secreción adecuada de insulina por las células β, frecuentemente en un contexto de resistencia a la insulina y síndrome metabólico.
Tipos específicos de diabetes debidos a otras causas.
Como ejemplos, se pueden citar los síndromes de diabetes monogénicas (como la diabetes neonatal y la diabetes de inicio en la madurez en los jóvenes), las enfermedades del páncreas exocrino (como la fibrosis quística y la pancreatitis) y las inducidas por fármacos o sustancias químicas (por ejemplo, con el uso de glucocorticoides, en el tratamiento del HIV/sida o después de un trasplante de órganos).
Diabetes mellitus gestacional.
Diabetes diagnosticada en el segundo o tercer trimestre del embarazo que no se había manifestado claramente antes de la gestación.
La diabetes tipo 1 y la de tipo 2 son enfermedades heterogéneas en las que la presentación clínica y la progresión de la enfermedad pueden variar considerablemente. La clasificación es importante para determinar la terapia, pero algunas personas no pueden clasificarse claramente como personas con diabetes tipo 1 o tipo 2 en el momento del diagnóstico. Los paradigmas tradicionales de que la diabetes tipo 2 se presenta sólo en adultos y la diabetes tipo 1 sólo en niños ya no son exactos, ya que ambas enfermedades se presentan en ambos grupos de edad. Los niños con diabetes tipo 1 a menudo presentan los síntomas característicos de poliuria y polidipsia, y aproximadamente la mitad presenta cetoacidosis diabética. La aparición de diabetes tipo 1 puede ser más variable en adultos; es posible que no presenten los síntomas clásicos que se observan en los niños y puedan experimentar una remisión temporal de la necesidad de insulina. Las características más útiles para discriminar la diabetes tipo 1 incluyen una edad más temprana en el momento del diagnóstico (<35 años) con un índice de masa corporal más bajo (<25 kg/m2), pérdida de peso no intencional, cetoacidosis y glucosa >360 mg/dL (20 mmol/L).
Ocasionalmente, las personas con diabetes tipo 2 pueden presentar cetoacidosis. Es importante que el profesional de la salud se dé cuenta de que la clasificación del tipo de diabetes no siempre es sencilla en el momento de la presentación y que el diagnóstico erróneo es común [p. ej., adultos con diabetes tipo 1 a los que se les diagnostica erróneamente diabetes tipo 2 o individuos con diabetes de inicio en la madurez de la juventud (MODY) diagnosticada erróneamente como diabetes tipo 1]. Aunque al inicio pueden surgir dificultades para distinguir el tipo de diabetes en todos los grupos de edad, el diagnóstico se vuelve más obvio con el tiempo en personas con deficiencia de células β a medida que se aclara el grado de esa deficiencia.
TABLA 1. .CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE DIABETES. |
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GPA ≥126 mg/dL (7,0 mmol/L). El ayuno se define como la ausencia de ingesta calórica durante al menos 8 h.* |
PG de 2 h ≥200 mg/dL (11,1 mmol/L) durante OGTT. La prueba debe realizarse según lo descripto por la OMS, utilizando una carga de glucosa que contenga el equivalente a 75 g de glucosa anhidra disuelta en agua.* |
A1C ≥6,5% (48 mmol/mol). La prueba debe realizarse en un laboratorio utilizando un método certificado por NGSP y estandarizado para el ensayo DCCT.* |
En un paciente con síntomas clásicos de hiperglucemia o crisis hiperglucémica, una glucosa plasmática aleatoria ≥200 mg/dL (11,1 mmol/L). |
Tabla 1. GPA, glucosa plasmática en ayunas; PG de 2 h: glucosa plasmática de 2 h; OGTT: prueba de tolerancia oral a la glucosa; OMS: Organización Mundial de la Salud; A1C: hemoglobina glucosilada; NGSP: Programa Nacional de Estandarización de Glicohemoglobina; DCCT: ensayo sobre control y complicaciones de la diabetes. *En ausencia de hiperglucemia inequívoca, el diagnóstico requiere dos resultados anormales de la misma muestra o en dos muestras de prueba separadas.
TABLA 2. CRITERIOS QUE DEFINEN LA PREDIABETES* |
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GPA 100 mg/dL (5,6 mmol/L) a 125 mg/dL (6,9 mmol/L) (GAA) |
PG de 2 h durante OGTT de 75 g de 140 mg/dL (7,8 mmol/L) a 199 mg/dL (11,0 mmol/L) (IGT) |
A1C 5,7–6,4 % (39–47 mmol/mol) |
Tabla 2. *Para las tres pruebas, el riesgo es continuo, se extiende por debajo del límite inferior del rango y se vuelve desproporcionadamente mayor en el extremo superior. GPA: glucosa plasmática en ayunas; GAA: alteración de la glucosa en ayunas; OGTT: prueba de tolerancia oral a la glucosa; PG de 2 h: glucosa plasmática de 2 h; IGT: intolerancia a la glucosa. A1C: hemoglobina glicosilada.
La diabetes se puede diagnosticar según los criterios de glucosa plasmática, ya sea el valor de la glucosa plasmática en ayunas (GPA) o el valor de la glucosa plasmática de 2 h (PG de 2 h) durante una prueba de tolerancia a la glucosa oral (OGTT) de 75 g o los criterios de hemoglobina glicosilada (A1C) (Tabla 1).
En general, la glucosa plasmática en ayunas (GPA), la glucosa plasmática de 2 h (PG de 2 h) durante la prueba de tolerancia oral a la glucosa (OGTT) de 75 g y la A1C son igualmente apropiadas para la detección diagnóstica. Cabe señalar que las tasas de detección de las diferentes pruebas varían tanto en diferentes poblaciones como en distintos individuos. Además, la eficacia de las intervenciones para la prevención primaria de la diabetes tipo 2 se ha demostrado principalmente entre personas con intolerancia a la glucosa con o sin niveles elevados de glucosa en ayunas y no en personas con alteración aislada de la glucosa en ayunas (GAA) ni en aquellos con prediabetes definida por los criterios de A1C.
Se pueden utilizar las mismas pruebas para detectar y diagnosticar diabetes y para detectar personas con prediabetes (Tabla 2).
La GPA y la PG de 2 h se pueden utilizar para diagnosticar diabetes. Sin embargo, la concordancia entre estas pruebas es imperfecta, al igual que la concordancia entre la A1C y cualquiera de las pruebas basadas en glucosa. En comparación con los puntos de corte de GPA y A1C, el valor de PG de 2 h diagnostica más personas con prediabetes y diabetes. En personas en las que hay discordancia entre los valores de A1C y los valores de glucosa, la GPA y la PG de 2 h son más precisas.
Para mayores detalles y para ampliar las recomendaciones se sugiere consultar los trabajos mencionados en las referencias.