Se observa un aumento de casos de neumonías graves por Chlamydia psittaci en la zona central del país. Durante el período SE01-SE15 de 2024, las tasas de incidencia más elevadas fueron en la región Centro, seguida por la de la región Cuyo. Desde 2019 a la fecha todos los casos fatales ocurrieron en 2024.
Hace aproximadamente un año publicamos en FABA informa una nota acerca de la psitacosis (1). Al considerarse el período comprendido entre las semanas epidemiológicas 1 y 15 (SE01 y SE15) de cada año se observó un aumento progresivo en el número de casos confirmados y probables desde 2019 a 2024, con un incremento durante lo que va del presente año de un 27% en casos confirmados en 2024 respecto de 2023 y de un 165% respecto de la media de los últimos 5 años (Fig. 1) (2).
Durante el período SE01-SE15 de 2024 las tasas de incidencia más elevadas fueron la de la región Centro, seguida por la de la región Cuyo. Es destacable que desde 2019 a la fecha todos los casos fatales ocurrieron durante 2024. (Tabla I).
Fuente: Dirección de Epidemiología y Coordinación de Zoonosis a partir de información proveniente del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud SNVS 2.0. (Tomada de 2)
Tabla I. Casos confirmados de psitacosis, fallecidos, tasas de incidencia y tasas de mortalidad por región y total país. Argentina, SE 01 2019 a SE 15 2024 (n=262)
Región | Confirmados | Fallecidos | Tasa de incidencia c/ 100 000 hab | Tasa de mortalidad c/ 1 000 000 hab. |
CENTRO | 217 | 11 | 0,73 | 0,4 |
CUYO | 16 | 0 | 0,48 | 0 |
NEA | 0 | 0 | 0 | 0 |
NOA | 21 | 0 | 0,37 | 0 |
SUR | 8 | 0 | 0,27 | 0 |
TOTAL PAÍS | 262 | 11 | 0,57 | 0,02 |
Desde el laboratorio de Microbiología y en consonancia con lo estipulado por el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) deben considerarse como “casos confirmados de psitacosis” aquellos que cumplan con uno o más de los siguientes criterios: métodos directos positivos para Chlamydia psittaci (PCR o aislamiento) y/o seroconversión de anticuerpos IgG con nexo epidemiológico. Deben considerarse “casos probables” a aquellos que tuvieron resultado positivo de anticuerpos IgG en una sola muestra con un título mayor de 160 y nexo epidemiológico (2).
Los métodos directos tienen la ventaja de obtener los resultados en un lapso de 48 horas en lugar de esperar la seroconversión a los 21 días. Además permiten poder asociar la fuente de infección a través de una posterior genotipificación de las clamidias obtenidas de los seres humanos y de las aves (3).
La incidencia acumulada cada 100 000 habitantes más elevada se observó en la población adulta de 50 a 59 años (1,2 casos), seguida por la de 30 a 39 años (1,1). Además, este año se produjeron casos de neumonías de mayor gravedad, algunos de los cuales terminaron con la vida de los pacientes (n=11), especialmente en mayores de 80 años. Los 11 casos fallecidos pertenecen a la región Centro (Tabla I) (2).
La psitacosis es una zoonosis producida por C. psittaci y que tiene como principal reservorio a las aves. Los síntomas en los seres humanos incluyen fiebre, escalofríos, cefaleas, mialgia y malestar, tos seca, dificultad respiratoria y confusión con o sin síntomas respiratorios. Con menos frecuencia puede observarse neumonía, endocarditis, miocarditis, hepatitis, artritis, conjuntivitis y encefalitis. Los síntomas ocasionales suelen ser rash inespecífico, diarrea, vómitos y dolor abdominal. A la enfermedad respiratoria se la debe diferenciar de enfermedad pulmonar por hantavirus, leptospirosis, infección con virus influenza, legionelosis, infecciones por Chlamydia pneumoniae o Mycoplasma pneumoniae y COVID-19 (2).
Figura 1.
Casos confirmados y probables de psitacosis en las semanas epidemiológicas 1 a
15 (período 2019 - 2024) (n=207). Fuente: Dirección de Epidemiología y Coordinación
de Zoonosis a partir de información proveniente del Sistema Nacional de Vigilancia
de la Salud SNVS 2.0 (Tomado de 2).
Como se dijo en aquella oportunidad, la psitacosis puede darse en forma de brotes pero también como casos aislados. Se transmite por aves infectadas [no solamente psitácidos (loros, cotorras, papagayos)] que, sometidas a algún estrés, como comida inapropiada, encierro o hacinamiento, liberan el agente etiológico de esta enfermedad (C. psittaci) a través de vómitos y excretas. Estos, una vez secos, forman aerosoles que pueden ingresar a la vía respiratoria de los seres humanos y producir fiebre, cefaleas, tos seca, confusión y hasta neumonía, que, como en estas ocasiones puede ser grave (1). Las aves aparentemente sanas, pueden ser portadoras y actúan como reservorios de C. psittaci. Es frecuente observar signos clínicos y contagio a seres humanos desde aves psitácidas. Menos frecuente es el contagio a partir de palomas y de aves de corral (gallinas, pollos, patos y gansos) o de aves silvestres. Como ya se mencionó, la transmisión se produce principalmente por inhalación de aerosoles contaminados o por contacto con excreciones o secreciones de aves infectadas o plumas de éstas. Se ha descripto también, pero como episodios muy raros, la transmisión de persona a persona (4).
Para evitar contraer esta enfermedad se recomienda no mantener pájaros en condiciones de encierro, tenerlos bien alimentados y bajo control veterinario, tener las jaulas limpias y desinfectadas y, al adquirirlos como animales de compañía, no hacerlo a través de traficantes ilegales ya que suelen tener a las aves en condiciones de hacinamiento.