Institucional

Revista 612

Editorial

Luces y sombras

Por Claudio H. Cova, Presidente de la Federación Bioquímica de la provincia de Buenos Aires

El significado bíblico de la palabra sombra refiere a la ausencia de luz, se interpreta así a la sombra como aquel espacio al que los rayos de luz no acceden, impidiendo ver aquello que es necesario observar, que deberíamos identificar con nuestra mirada.

Hoy si hay una palabra que define a nuestro futuro, como ciudadanos, como país, como actividad, como profesionales, es la palabra sombra.

El país estallado, volando en pedazos, nuestro sector postergado por enésima vez, sin ocupar el lugar que corresponde.

Los temas de los debates presidenciales son: “Economía”, “Educación”, “Derechos humanos y convivencia democrática”, “Seguridad”, “Trabajo y Producción”, y “Desarrollo Humano, vivienda y protección del ambiente”.

¿Y la Salud? La salud no aparece, no acredita, no suma, no vende, sólo salva vidas, pero a esta altura pareciera que eso es secundario, no tiene trascendencia, entonces vemos la ausencia de luz, la ceguera y aparece la sombra en nuestro sector y el silencio aturde por todos los rincones.

Sombras que se dibujan en cada expresión de un futuro incierto, sombras que brotan y se esparcen como una cruel enredadera asfixiando un sistema que cruje por todos lados.

Una institución para el bien común

En estos momentos de crisis extrema, lo peor que podemos hacer es buscar culpables hacia adentro de nuestra institución, poner en riesgo nuestras fuentes más importantes de trabajo, dudar del objeto y fin de la institución bioquímica que nos cobija, cuestionar sin conocimiento, ofender gratuitamente, apelar a la queja sin dar la oportunidad a la explicación, a los fundamentos con los cuales se respalda cada decisión.

Nosotros mismos a veces no permitimos que los rayos de sol penetren a través de nuestras retinas y elegimos la oscuridad.

Sombras que como nubes cargadas se desploman sobre la razón y la ocultan o bloquean haciéndonos dudar.

Llegamos al 22 de octubre sin propuestas concretas sobre los intereses básicos y esenciales de nuestro sector que demanda políticas de Estado, que requiere fondos suficientes, aranceles y honorarios, dignos, financiamiento adecuado y previsible.

Siempre están aquellos que creen que nos podemos salvar en forma individual, que piensan que romper es la mejor forma de mejorar, que empujan hacia la confrontación y el descreimiento.

Los tiempos actuales requieren todo lo contrario y sobre todo de los dirigentes. Requieren de la máxima templanza, de tender puentes hacia afuera y hacia adentro, son tiempos de construir, de cuidar las relaciones, de afianzar el poder y la fortaleza de estar unidos, y somos los dirigentes los encargados de balizar ese camino, somos los que tenemos que llevar la voz de la confianza hacia todos los federados.

FABA fue, es y será una institución que hará prevalecer el bien común por sobre el individual. Somos el colectivo de bioquímicos más importante del país, reconocidos no sólo en forma nacional sino más allá de las fronteras de nuestro país. Ponderan nuestra seriedad, nuestra organización, nuestro grado de representatividad, nuestra constante defensa de la actividad profesional de cada uno de nuestros laboratorios.

Siempre elegiremos las luces por sobre las sombras, siempre lucharemos por mejores condiciones de trabajo profesional, pero con argumentos, con responsabilidad, con respeto, con compromiso, y convencidos que juntos es la única manera de atravesar este momento de crisis que nos pone a prueba una vez más.