Cuatro de cada diez personas que padecen diabetes en Argentina desconocen que tienen la enfermedad.
La diabetes es una enfermedad crónica y silenciosa que afecta a cerca de 62 millones de personas sólo en América Latina, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Casi la mitad de los pacientes (44,7%) está sin diagnosticar, una cifra preocupante dadas las complicaciones causadas por esta enfermedad.
En Argentina, se estima que 1 de cada 10 argentinos de 18 años o más tiene diabetes y dado que, por varios años permanece sin síntomas, aproximadamente 4 de cada 10 personas que la padecen desconocen su condición, según informa el Ministerio de Salud de la Nación.
Además de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), el tipo más prevalente de la enfermedad (90% de los casos), también existe la diabetes mellitus tipo 1 (DM1), una enfermedad autoinmune, en la mayoría de los casos, descubierta en la infancia o la adolescencia. En la diabetes tipo 2 existe resistencia a la hormona insulina, producida por el páncreas, y se recomienda el uso de medicamentos orales e insulina, así como modificaciones en el estilo de vida, como formas de control. En los pacientes con diabetes tipo 1, se produce una destrucción de las células del páncreas que se encargan de la producción de insulina, por lo que en estos casos el tratamiento se basa en la insulina.
El seguimiento mediante pruebas de laboratorio es fundamental para los pacientes con ambos tipos de diabetes (1 y 2). La prueba de hemoglobina glicosilada, que indica el nivel de glucosa en sangre de los últimos tres meses, es fundamental no solo para el control de la diabetes existente, sino también para identificar casos de prediabetes y diabetes en pacientes que aún desconocen el diagnóstico.
Cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes. Es una oportunidad para generar conciencia sobre el impacto de la diabetes en la salud de las personas y para resaltar las oportunidades para fortalecer la prevención, diagnóstico y tratamiento de la diabetes.
La edición 2023 del Día Mundial de la Diabetes, la OPS destaca la necesidad de un acceso equitativo a la atención esencial, incluida la sensibilización sobre las formas en que las personas con diabetes pueden minimizar su riesgo de complicaciones.
La diabetes tipo 1 no se puede prevenir. La diabetes tipo 2 a menudo se puede prevenir mediante una dieta saludable, actividad física regular, mantener un peso corporal normal y evitar el consumo de tabaco. Dejar de fumar reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 entre un 30 y un 40%.
La diabetes es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y amputación de miembros inferiores.
La diabetes se puede tratar y sus complicaciones se pueden evitar o retrasar con exámenes y tratamientos regulares.
Las personas con diabetes deben someterse a pruebas periódicas de detección de complicaciones para ayudar en la detección temprana. Esto incluye pruebas de detección de enfermedades renales, exámenes oculares periódicos y evaluaciones de los pies.
La diabetes se asocia con aproximadamente el doble de riesgo de padecer tuberculosis (TB) y un mayor riesgo de tuberculosis multirresistente. Las personas con tuberculosis y diabetes tienen el doble de probabilidades de morir durante el tratamiento de la tuberculosis y tienen el doble de riesgo de recaída de la tuberculosis una vez finalizado el tratamiento.
Según la OPS, sólo alrededor del 50% de las personas con diabetes tipo 2 obtienen la insulina que necesitan, a menudo porque los sistemas de salud de su país no pueden permitírselo.
El número de personas que viven con diabetes en el mundo aumentó de 108 millones a 420 millones en los últimos treinta años; 62 de estos millones están en la Región de las Américas. Este número se ha más que triplicado en la Región desde 1980 y podría ser aún mayor ya que 40% de las personas con diabetes desconoce su condición.
La carga de enfermedad asociada a diabetes es enorme y creciente: en solo 20 años la mortalidad por diabetes aumentó 70% a nivel mundial. En la Región de las Américas es la sexta causa principal de muerte y la séptima de años de vida perdidos prematuramente.
En la Región, la diabetes (incluyendo la enfermedad renal relacionada a diabetes) causa al año la pérdida por muerte prematura de más de ocho millones de años de vida. Casi la mitad de las muertes prematuras en las Américas se debe a la diabetes. En solo 20 años, el número de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) debidos a la diabetes aumentó un 88%. Este aumento alcanza a 97% en los hombres. Actualmente la diabetes es la segunda causa de AVAD, precedida solo por la cardiopatía isquémica.
Las personas que viven con diabetes tienen más riesgo de enfermar gravemente y de morir por otras enfermedades:
Mantener los niveles de glucosa en sangre bien controlados disminuye el riesgo de enfermar gravemente o de morir; desgraciadamente, el 50% a 70% de las personas que viven con diabetes tienen niveles de glucosa en sangre no controlados.
El aumento expansivo de la epidemia de diabetes va de la mano con el incremento de sus factores de riesgo. Las Américas es la región con más sobrepeso/obesidad e inactividad física del mundo: 63 de cada 100 adultos tiene sobrepeso u obesidad y 39 de cada 100 personas tienen un nivel de actividad física insuficiente.
El aumento de los factores de riesgo para la diabetes es alarmante en niños y adolescentes. Treinta y dos de cada 100 adolescentes y 36 de cada 100 niños tienen sobrepeso u obesidad, mientras que 81 de cada 100 adolescentes practica actividad física insuficiente.
Las personas que viven con diabetes enfrentan diferentes barreras para acceder a los cuidados de salud. El tratamiento para la diabetes y de sus complicaciones puede ser costoso y muchas veces requiere un elevado gasto de bolsillo. La insulina es crucial para mantener la vida de las personas con diabetes tipo 1 y de muchas con diabetes tipo 2.
En muchos países los cuidados para la diabetes no están incluidos en la cobertura universal de salud, hay brechas en los servicios de atención primaria de salud y también en el acceso a los otros niveles de atención.
La pandemia por COVID-19 afectó seriamente el acceso a los servicios de salud para la diabetes. A pesar de la asociación de la diabetes y la COVID-19 y la necesidad de una atención continua e ininterrumpida para las personas que viven con la enfermedad, en muchos países los planes de preparación y respuesta a la COVID-19 no incluyen servicios para la diabetes.
Fuente: OPS